En el hospicio...

Quiero atrapar el sol
en una pared desierta.
Me siento tan libre que
hasta me ahoga esa idea.
Me hace mal la realidad
de saber que el perro es perro
y nada más.
Quiero descolgar al sol,
chapalear entre las hojas,
estirar mi soledad,
correr entre los pasillos
y buscar la realidad
de que el perro no sea perro
y nada más.
Encierro real; claustro de barro.
Sólo sombras, sombras.
Porque supe al despertar
que mis sueños eran ciertos
y mi propia realidad
superó la fantasía
de ser vos la fuerza que
de la nada hizo vida y me la dio.
Porque me dejan pensar
en toda esa gente humana
y después, para jugar,
hasta me atan a mi cama.
Puedo ver la realidad
de que el perro sea perro
y nada más.