El último cartucho

Artículo de Arturo Pérez-Reverte publicado en "El Semanal" el 18 de Abril de 1999


Ya sé que va a ser jodido, amigo mío. Sé que presentarse a una entrevista de trabajo, a competir con otros más jóvenes y preparados, cuando tienes medio siglo de almanaque y canas en la cabeza, no será el momento más feliz de tu vida. Probablemente los fulanos de quienes depende tu destino sean niñatos de diseño, de esos que se creen que siempre van a ser jóvenes, y listos, e incombustibles, y desprecian a la gente sin adivinar que un día ellos mismos estarán con el cuello en el tajo. Tu experiencia les importa una mierda, eso ya lo sabes. Quieren jóvenes de veinte años sin cargas familiares, que hablen inglés y que parezcan que no van a envejecer ni a morirse nunca.

Por eso te asusta pensar en lo de mañana. Miras a tu mujer, que plancha tu mejor camisa, y sientes que el miedo te agarrota el estómago. El día que dejó los estudios para casarse y seguirte en lo bueno y en lo malo, no imaginaste que ibas a terminar pagándole así. Mañana te pondrás esa camisa que ella plancha. Te la pondrás con una corbata y saldrás una vez más a probar suerte, con poca esperanza. Y es que tiene huevos. Has trabajado toda tu vida como una mala bestia, y verte en el paro a los cincuenta y cuatro, con hijos y con mujer a los que darles de comer, es como caer de pronto en el fondo de un pozo oscuro. Sé todo eso porque tu hijo, que es amigo mío, escribe de vez en cuando. O tal vez no es tu hijo quien escribe, sino que es otro hijo hablando de otro padre; pero en realidad se trata siempre de la misma historia. Y tu hijo me cuenta que la última vez estuviste un mes con la cabeza gacha, los ojos enrojecidos de haber llorado, sentado en el sofá como ausente, con la cara entre las manos, sin atreverte ni a salir a la calle de pura vergüenza.

Te preocupa sobre todo lo que piensen tus hijos. Una mujer comprende, conoce y perdona. Los hijos, sin embargo, son crueles porque son jóvenes y todavía no saben lo que siempre se termina por saber. Los ves mirarte en silencio y crees que te desprecian por los años y por el fracaso. Por no salir nunca en el telediario. Por ser la estampa de la impotencia, la confirmación de que esta vida y este país son una piltrafa. Así que supongo que los hijos son lo peor. La mujer luego, al acostaros, te aprieta una mano antes de dormirse. Sabe cómo has peleado siempre, conoce lo que vales. Quizá sea la única que de veras lo sabe. Con ella la humillación es compartida. Es soportable.

Y sin embargo, amigo, deberías leer la carta que me escribe tu hijo. Deberías comprobar con qué ternura y respeto habla de ti. Como sufre al saberse demasiado joven para serte útil, al no encontrar las palabras o los gestos adecuados. Porque ya sabes cómo es: torpe, desmañado, con esos pelos largos, siempre con la puñetera música a todo trapo. Con esas broncas que tenéis, y esa forma de vida suya tan diferente a la de tus tiempos, que te parece la de un marciano. Lo que no sabes es que cuando te ve derrotado en el sofá con la cabeza entre las manos, le quema la boca y le laten las venas porque desearía tener labia, ser capaz de ir hasta ti, tocarte, decirte lo que de veras piensa. Y lo que de veras piensa es que tengas ánimo, viejo, que no eres tan viejo, maldita sea, aunque él mismo te lo diga a veces. Que él no es tan crío ni tan bobo como parece, que sabe fijarse en las cosas que ve, y que te ha visto trabajar, e intentarlo una y otra vez, y querer a su madre y a él y a sus hermanos. Y sabe que eres el mejor, rediós, que eres la mejor persona, el hombre más decente y trabajador que ha conocido en su puta vida. Que eres su padre y lo serás siempre, tengas curro o no lo tengas. Que las mejores lecciones de su vida se las diste siempre y no con lo que decías, haz esto o no hagas lo otro, sino con lo que él te vio hacer. Y cuando, tarde o temprano, tenga que cerrarte los ojos -y ojalá te los cierre él- sin duda podrá decir en voz alta: “Era un buen padre y era un hombre honrado”.

Así que, como dicen mis paisanos de Cartagena, no te disminuyas, amigo. Mañana te pones esa camisa planchada por tu mujer y te vas a la entrevista de trabajo con la cabeza muy alta. Y si no le gustas al niñato de turno, pues él se lo pierde y que le vayan dando. Y si fracasas otra vez, síguelo intentando mientras puedas. Y cuando ya no puedas más -que siempre se puede-, pues bueno, pues hasta ahí llegaste compañero. No hay nada deshonroso en el soldado que enciende un pitillo y levanta las manos, si antes ha peleado bien a la vista de los suyos. Si antes ha disparado su último cartucho.

Habitación 112

Sábana, funda, una canilla que gotea, un olor propio, una mesa de luz fuera de la ley...


Ruleta Rusa

Clack!

Escalofrío en la espalda... suspiro.

Clack!

Las gotas de sudor ya tienen su ruta en el rostro. Calor.

Clack!

Una risa nerviosa y cómplice, a la vez. Ansiedad.

Clack!

Rechinal de los dientes apretados, y el nudo en la garganta que empeora. Temor.

Clack!

Suspiro final, alea jacta est. Los ojos se preparan para el show

Bang!

...

Presente Simple

Giré un poco y estabas ahí, ayer
Hoy no, no estás
pero dejaste tu sombra, oscura, manto negro

Ya no escarbaremos en los pechos
en las mentes tibias

Nuestros dedos ya no alimentan
como lenguas secas, como cabras

Solía haber una línea en el piso
la mirábamos con recelo.

La crucé.


Touché!

nocturno...

Búscame entre las nubes una noche de tormenta
y mira en la tierra vieja, tal vez veas mis pasos.

Habitación

Una morocha que reza mientras fuma.
Muerde el labio y frunce el seño.
Restos de azúcar.

Juega con sus pies al compás de los versos.
Y de repente te muerde con los ojos.

...y a bocanadas uno desaparece...
chapalea, se acurruca, pero desaparece...

Porque en la esquina de ésa habitación
hay una sombra profunda.

Manteniendo

Se acerca y estás de repente bajo sus diez céntimetros de tacón,
los años la mejoran y ya no va pierde la integridad de a gramos.
Es que formó fama de monstruo colosal, hoy por hoy saca girnaldas de los oídos, y los ojos, las cabezas ya están frías y valen su peso en alquitrán.
Con sus manos llenas de manchas, y semi chamuscadas busca en el gran baldío de los recuerdos inmediatos, y se imagina qué hubiese sido mientras toca madera. Las muñecas se despiden de su repisa y salen a la calle como chispas de brasa pateada, armadas con trucos bajos, y ojos de guerra fría.
Es que siempre fue lo mismo, jamás cambió. Y a la mona siempre le agradó vestir de seda...

Dinamita

El lobo las defiende
y se hace matar

Apagón

La oscuridad no me preocupa. Me preocupa la luz. La oscuridad es solamente ausencia de luz. Pero la ausencia sí me preocupa. La preocupación no. Me es indiferente. Sin embargo, la indiferencia me preocupa muchísimo. La considera una actitud vergonzosa. Aunque la vergüenza no me preocupa. Antes si, me preocupaba. Pero a mi me da lo mismo el antes y el después; mi vida no es un desarrollo tendiente a nada. Por eso la nada no me quita el sueño. El sueño, en cambio, es algo que si me interesa. A veces me quedo toda la noche despierto, pensando en eso. No llego a ninguna conclusión, pero las conclusiones me exasperan. Prefiero los puntos de partida. No por las partidas; por los puntos. Siempre trato de acumular puntos. No por los puntos en sí; es por la acumulación. La acumulación entendida por una cosa sola, no como un cúmulo de otras. Los cúmulos, yo, si pudiera, los disgregaría. Las cosas tienen que ir separadas; no juntas. Juntas forman otras cosas, y eso trae complicaciones. Aunque yo a las complicaciones no les tengo miedo. Lo que me asusta es lo simple. Lo simple no se sabe de donde sale; ahí es donde está el misterio. Aunque los misterios, por suerte, no me interesan. Me interesa la suerte. Que desgracia. Porque la suerte siempre es escasa. Y si dijera que no me preocupa la escasez, mentiría. Pero mentir no me preocupa. A mi me preocupa la verdad. Cuando miento no tengo problema; puedo decir cualquier cosa. Aunque sea verdad, no importa, porque la digo de mentira. Pero cuando hablo con la verdad, tengo que andar con más cuidado. Por las dudas, en esos casos digo lo menos posible. Y después me desdigo, así cubro dos posibilidades. Pero no es que me quiera cubrir. Yo hago todo a la intemperie. Y si no hay luna, mejor. A mi me gusta la oscuridad. La oscuridad no me preocupa. Me preocupa la luz. La oscuridad es solamente ausencia de luz. Pero la ausencia sí me preocupa. La preocupación no. Me es indiferente.

Leo Masliah

Funeral agobiante...

Celebramos embaucando a tu corrupta diplomacia,
enterrando a un viejo poeta neurasténico,
dando de baja tu nobleza de antaño, de mascara,
y dejan de regalar tu fineza en ornamentales escapularios.

(Porque el sexo siempre se le escapaba de las manos,
la baba siempre entablaba un juego nocturno, de manos tibias)

Mas no seremos nosotros quienes sollozaran en su arcaica fotografía,
quienes se afligiran al ver el rostro pueril de la elegante señora quien acaba
de adquirir el epíteto de viuda

(Es que a ella nunca le agrado nada de nada, una basura refunfuniante,
nada mas... solo eso...)

En breve continua...

Corre...

Cuando encuentres un claro en la selva, sólo corre y corre
porque las casas y edificios, y torres y puentes, sólo buscan ahogarte
sabemos que ya es hora, y nada de lo que digan puede ya cambiarte
porque ahora sos frío como ellos. Son más fríos que sus ojos y sus manos.
Y también sos más rápido, más veloz que sus mentiras y embustes.
Sólo buscan ahogarte, nuevamente, con todo lo que tienen,
con todo lo que les falta. Su único plan es estrujarte.
Ahora corre, corre y corre, ya nada más motiva tu vida.

La manteca del techo al tablero

El Gran Rey gruñe por un trago, a lo que el relamido lacayo responde susurrando a la san puta.
Los chacales ya coordinados en la mesa como la jauría que aparentan.
Listo cada uno de ellos juntando la baba con su puño, mirando con desmesura la fiesta desparramada sobre la madera. Casi no pueden con ellos mismos.
Un comensal se avalanza con un gesto sórdido. Un acto lascivo en su éxtasis.
Los demás esperan su reacción, con las mismas ansias con las que rien las hienas a punto de morder...

ya nada, ya todo

Es que ahora las palabras nadan en mi pileta tapada, están, pero no salen a flote.

Ya estoy cansado ésta noche... con mucho en qué pensar.

Como muchos, el camino más fácil a la corta.
Esta noche no me deja. Sabe que tengo algo. Sé que sabe.

y ahí las palabras, ahí en el agua...

Sin ganas de abrir la ventana, pero con ganas de revolver toda la casa.
Con motivos, tal vez... pero sin ganas.

y la pileta sigue tapada...

Puedo alejarme, y mostrarte acciones bastardas
puedo acercarme y ser bastante cruel
podría hasta quedarme acá, en mi sitio. Y vos en el tuyo.

¿Acaso no fue éso lo que nos llevó hasta acá?

a flote, en la pileta...

planeamos fugaces, actuamos rapaces... con el diablo entre las sábanas.

Y sólo quiero todo, nada de nada, ya todo.
Sólo queremos todo.

En éso somos cómplices...

pileta...

De hojas...

Un rezo de tarde noche, y salen a matar. Se relamen con preámbulos,
saben que ganan con pavadas, y y miel agriada, la más barata y rendidora.

¡Los destellos!

Así la esperan todos, de tal modo la conservan.
Los tímpanos bailan desempolvados, y el sudor los los mantiene tibios,
desencarnados. Ya no hay pendejo pro, vienen curtidos y desbocados,
a manzalba, con prejuicios, pero sin mira especial. Sólo alguno pocos.
El sacramento está en marcha, como kamikazes en pleno campo,
vuelan excomulgados por todo el salón.
Una fría cae sapiente de la hazaña. (No se queda atrás, jamás)
La pendeja bajó la guardia y ahora es carnada viva; ríe y bromea para sí misma.

¡Hubieras visto los destellos!


Empernados en una danza sin ritmo, sin miramientos.
Las bocanadas de humo denso no enturbian la función, están demasiado
embebidos de epinefrina. Demasiado atentos. Un juego volátil.
La saliva se escurre entre los dientes, las manos entre las ropas,
la voracidad crece con fruición.

Un último acto, casi irreprochable. Sólo un gesto inane, fútil.
Un labio rojo como su córnea explica todo, hasta entorpecer la imaginación.

Pero, las fieras no se sosiegan para siempre... ¡Siempre buscan más destellos!
No te olvides que hasta el vidrio más transparente hace sobra
No te olvides de limpiarte la sangre con el mismo pañuelo con el que sequás sudor
No te olvides de volver vivo a casa, besar a tu madre y sonreir junto a ella por eso
No te olvides que a ese amor no todos los días podrás verlo, agradecé siempre que puedas
No te olvides que estaré en el pasillo, con los pies encojidos y sonrisas marchitas...
...puedo sentirte...


But it was only fantasy.
The wall was too high, as you can see.
No matter how he tried he could not break free.
And the worms ate into his brain.
¿Quién está en un búnker? ¿Quién está en un búnker?
Mujeres y niños primero
Y los niños primero,
y los niños.
Me río hasta que se me sale la cabeza,
trago hasta explotar,
hasta explotar,
hasta
¿Quién está en un búnker?
¿Quién está en un búnker?
Ya he visto demasiado,
vos no viste suficiente,
vos no lo viste,
Me voy a reir hasta que se me salga la cabeza,
mujeres y niños primero
y niños primero
y niños.

Aquí tengo permiso,
todo lo que quiera, todo el tiempo,
aquí tengo permiso,
todo lo que quiera, todo el tiempo.

Viene la Era del Hielo,
viene la Era del Hielo,
quiero escuchar las dos partes,
quiero escuchar las dos partes,
quiero escuchar las dos.
Viene la Era del Hielo,
viene la Era del Hielo,
Que los arrojen al fuego,
que los arrojen al fuego,
que los arrojen al
No somos partidarios de sembrar el terror,
esto está pasando de verdad,
está pasando,
no somos partidarios de sembrar el terror,
esto está pasando de verdad,
está pasando.
Los celulares rechinan,
los celulares trinan,
agarremos la plata y salgamos corriendo,
agarremos la plata y salgamos corriendo,
agarremos la plata.

Acá estoy vivo,
todo lo que quiera, todo el tiempo.
El primero de los niños.

Sabés que tienes razón


I will never bother you
I will never promise to
I will never follow you
I will never bother you

Never say a word again
I will crawl away for good

I will move away from here
You won't be afraid of fear
No thought was put into this
I always knew it would come to this
Things have never been so swell
I have never failed to fail
Pain!!!
Pain!!!
Pain!!!

You know you're right
You know you're right
You know you're right

I'm so warm and calm inside
I no longer have to hide
Lets talk about someone else
Steaming soun begins to melt
Nothing really bothers her
She just wants to love herself

I will move away from here
You won't be afraid of fear
No thought was put into this
I always knew it'd come to this
Things have never been so swell
I have never failed to fail