Manteniendo

Se acerca y estás de repente bajo sus diez céntimetros de tacón,
los años la mejoran y ya no va pierde la integridad de a gramos.
Es que formó fama de monstruo colosal, hoy por hoy saca girnaldas de los oídos, y los ojos, las cabezas ya están frías y valen su peso en alquitrán.
Con sus manos llenas de manchas, y semi chamuscadas busca en el gran baldío de los recuerdos inmediatos, y se imagina qué hubiese sido mientras toca madera. Las muñecas se despiden de su repisa y salen a la calle como chispas de brasa pateada, armadas con trucos bajos, y ojos de guerra fría.
Es que siempre fue lo mismo, jamás cambió. Y a la mona siempre le agradó vestir de seda...

Dinamita

El lobo las defiende
y se hace matar

Apagón

La oscuridad no me preocupa. Me preocupa la luz. La oscuridad es solamente ausencia de luz. Pero la ausencia sí me preocupa. La preocupación no. Me es indiferente. Sin embargo, la indiferencia me preocupa muchísimo. La considera una actitud vergonzosa. Aunque la vergüenza no me preocupa. Antes si, me preocupaba. Pero a mi me da lo mismo el antes y el después; mi vida no es un desarrollo tendiente a nada. Por eso la nada no me quita el sueño. El sueño, en cambio, es algo que si me interesa. A veces me quedo toda la noche despierto, pensando en eso. No llego a ninguna conclusión, pero las conclusiones me exasperan. Prefiero los puntos de partida. No por las partidas; por los puntos. Siempre trato de acumular puntos. No por los puntos en sí; es por la acumulación. La acumulación entendida por una cosa sola, no como un cúmulo de otras. Los cúmulos, yo, si pudiera, los disgregaría. Las cosas tienen que ir separadas; no juntas. Juntas forman otras cosas, y eso trae complicaciones. Aunque yo a las complicaciones no les tengo miedo. Lo que me asusta es lo simple. Lo simple no se sabe de donde sale; ahí es donde está el misterio. Aunque los misterios, por suerte, no me interesan. Me interesa la suerte. Que desgracia. Porque la suerte siempre es escasa. Y si dijera que no me preocupa la escasez, mentiría. Pero mentir no me preocupa. A mi me preocupa la verdad. Cuando miento no tengo problema; puedo decir cualquier cosa. Aunque sea verdad, no importa, porque la digo de mentira. Pero cuando hablo con la verdad, tengo que andar con más cuidado. Por las dudas, en esos casos digo lo menos posible. Y después me desdigo, así cubro dos posibilidades. Pero no es que me quiera cubrir. Yo hago todo a la intemperie. Y si no hay luna, mejor. A mi me gusta la oscuridad. La oscuridad no me preocupa. Me preocupa la luz. La oscuridad es solamente ausencia de luz. Pero la ausencia sí me preocupa. La preocupación no. Me es indiferente.

Leo Masliah

Funeral agobiante...

Celebramos embaucando a tu corrupta diplomacia,
enterrando a un viejo poeta neurasténico,
dando de baja tu nobleza de antaño, de mascara,
y dejan de regalar tu fineza en ornamentales escapularios.

(Porque el sexo siempre se le escapaba de las manos,
la baba siempre entablaba un juego nocturno, de manos tibias)

Mas no seremos nosotros quienes sollozaran en su arcaica fotografía,
quienes se afligiran al ver el rostro pueril de la elegante señora quien acaba
de adquirir el epíteto de viuda

(Es que a ella nunca le agrado nada de nada, una basura refunfuniante,
nada mas... solo eso...)

En breve continua...

Corre...

Cuando encuentres un claro en la selva, sólo corre y corre
porque las casas y edificios, y torres y puentes, sólo buscan ahogarte
sabemos que ya es hora, y nada de lo que digan puede ya cambiarte
porque ahora sos frío como ellos. Son más fríos que sus ojos y sus manos.
Y también sos más rápido, más veloz que sus mentiras y embustes.
Sólo buscan ahogarte, nuevamente, con todo lo que tienen,
con todo lo que les falta. Su único plan es estrujarte.
Ahora corre, corre y corre, ya nada más motiva tu vida.

La manteca del techo al tablero

El Gran Rey gruñe por un trago, a lo que el relamido lacayo responde susurrando a la san puta.
Los chacales ya coordinados en la mesa como la jauría que aparentan.
Listo cada uno de ellos juntando la baba con su puño, mirando con desmesura la fiesta desparramada sobre la madera. Casi no pueden con ellos mismos.
Un comensal se avalanza con un gesto sórdido. Un acto lascivo en su éxtasis.
Los demás esperan su reacción, con las mismas ansias con las que rien las hienas a punto de morder...

ya nada, ya todo

Es que ahora las palabras nadan en mi pileta tapada, están, pero no salen a flote.

Ya estoy cansado ésta noche... con mucho en qué pensar.

Como muchos, el camino más fácil a la corta.
Esta noche no me deja. Sabe que tengo algo. Sé que sabe.

y ahí las palabras, ahí en el agua...

Sin ganas de abrir la ventana, pero con ganas de revolver toda la casa.
Con motivos, tal vez... pero sin ganas.

y la pileta sigue tapada...

Puedo alejarme, y mostrarte acciones bastardas
puedo acercarme y ser bastante cruel
podría hasta quedarme acá, en mi sitio. Y vos en el tuyo.

¿Acaso no fue éso lo que nos llevó hasta acá?

a flote, en la pileta...

planeamos fugaces, actuamos rapaces... con el diablo entre las sábanas.

Y sólo quiero todo, nada de nada, ya todo.
Sólo queremos todo.

En éso somos cómplices...

pileta...