Siempre estuvo la constante pregunta... ¿Por qué desvía su mirada?Tal vez, sean el lugar y el momento equivocados...Tal vez, sea lo más acertado que pueda preguntarse.
Casi siempre meditaba sobre las pequeñas cosas que su mundo le ofrecía,lo que caía rendido ante sus sentidos, ciertos obsequios fugaces, que te chamullan un poco el día (para bien o para mal)Muchas veces estuvo sentada en alguna vereda inóspita, con la melancolía amarga,pensando en cómo revertir su penar. Cambiar algo de lo que había pasado, lo que había causado,lo que le habían hecho... Gastándose una y otra seca, ya no pensaba en qué dirían...Era su momento, su vereda, su tranquilidad...
La calle siempre tuvo esa atracción, ese dulce aroma que la invitaba a deambular por los rinconesmás oscuros de sus noches, en los lugares más solitarios de sus días. (Primavera de versos pálidos)
¿Llegaría a una verdadera tranquilad estando con ellos?Compartiendo un rato de su día...-Abrázate sola, sólo cuando no haya nadie... -Por favor, intentá salvarte (placer que es cruel)Sus momentos sobresalían entre las hojas verdes, vuelos internos, permaneciendo simplemente inmóvil.
(Llenó más de una hoja de su cuaderno con poesía que nadie entiende)
De tanto en tanto hasta se le ocurría secar sus mejillas (no le gustaba el sabor de lágrimas en los labios)¿Alguien pudo espantar sus fantasmas verdaderamente? ¡Personajes antidisturbios!
Y ahí va otra noche, tratando de rellenar ese puto espacio en su tablero,que dejó ese simple peóncuando derribó un poco de su torre
Anda en bares y lugar, calles que nunca quise recordar; mesas y vasos ajenos,eso lugares que no usan piso de tercipopelo y baños de lo más usados.Saltan, gritan y besan y muerden el trapo, bailando como locos tras un trago gratis(Locura poco desenfrenada provocada en pulsiones poco hospitalarias)Es tal vez el gran premio de un afortunado, en cita de diez minutos en su mesa.Vulve buscando el eje de su trompo en movimiento, por la avenida fría y desolada, otra noche que ganó mucho y no consigió nada... Perdiendo así un poco de su belleza (si eso fuera posible)Ya las palabras no le salen, no cuadra ni un poquito, sabe que así va a tener que ser.Mucha detoncaión, poca mutación, siempre al filo del bajón; y a la cama de noche tan corta-Sos libre hasta que no das más.
Va silbando su estrofa preferida, se le eriza la piel de solo imaginar, viendo espejismosde clones de martillos, que le gritan que ya no hay más dolor...Está mejorando sentada al pie del gran muro.Vive en la gran cuidad, donde no puede respirar, siempre mirando al dao la vuelta a la esquinaLa más vacia sensación, gente desilucionada fundida en botellas 'olvida recuerdos', la infamia se puso de moday a la moda no hay con que darle...
Da tanto gusto mirarla reir, con su mueca de alegría pura e instantánea..Pero, sabemos bien que está al filo del estallido, de zumbar truenos que partieran mi suelo (Si se le va de las manos ¡Tanto cuidado!)
Y el humo le proporcinaba, un poco de sueño absurdo, mastica y mira el espectáculo,sentada en la fila que ella se propuso... nunca se sabe, dónde te dejan las vueltitas...El jueo es uno solo, la pasíon de sentir calor (desde el hielo bautizó su corazón)Tantas palabras que le cantaría, pero, no las puedo ofrecer. Su magía me enseñó como se adorna con silencios.
¿A dónde vas desde aquí? Las palabras salen extrañas...¿Dónde estan? Ahí refugiada.. ¿Me esxtenderías la mano?¿Podrías hacer exaltar... como hace unos minutos?
-Es tan bonita cuando mira desde su órbita...
Mi guitarra me trae ese recuerdo, mis manos agregan, mis oidos me guían, y mis rodillas se clavan en el piso...Resignándome entero... carcomiéndome.
Como toda historía (que al menos se jacte de ella), siempre hay un eslabón, que al final puede perderse)
'Hoy, aquí, nosotros...''Alguna vez, donde sea, ella...'
Encontró alguien que la acompañaría, o por lo menos lo intentaría. Alguien que simplemente, nunca podríaescapar de su corazón, ni de su crimen... Sin alejarse, pero rodando para estallar...
el siempre quiso hacer resaltar la belleza que ella llevaba a cuestas. (A ella nunca le atrajo mucho la idea)"Un caramelo se puede masticar... pero, un litro de miel te empalaga"
Se cuidaban el uno al otro, se mantenían encapullados... Siempre querían ver esas sonrisas planeadas,y ver el reflejo de un accionar de caricias... Permanecían de piea ante la sombra del otro.Marchaban confiados, caminando con sus palabras manteniéndolos tan cerca, la distancia exacta... más no podía pedir.Ella lo quería tanto, el masticaba el amor... todo era más que buenos gestos.La espina y el dolor...
El mordió la trampa primero (no primero, sino peor)... y así fue que los días se volvieron grises.Diluviaba angustia entre los dos... pero, en esta diluvio no se volvieron a ver.Era como un solo de violín buscando tristeza en su sonar, pero pifiando a todas las notas-"Siempre tres son multitud, no?"Ella undida en sus soberbias ganas de gritar, de aturdir.
Encerrado está el perdón... Perdón quería dar, más no olvido... Olvido, cada día, olvidó quién eras, era el el y no quiso serlo...
"Jamás podré entender con qué puto derecho se mata a sangre fría a mi ilusión"
Un príncipe negro, recuerdo que una vez pidió. Pero, un príncipe gris, no es un príncipe negro...
Siempre admiré sus ganas, su tenacidad (ela nunca lo admite); pero, siempre alavé eso de ella, siempre en silencio
Hay mentiras que se aceptan. Pero, hay verdades increibles...
Y, hoy puedo confirmar que simpre supo perdonar, alguna vez escuché decir "no es amante el que no ama para siempre"Este día, mis ojos y manos son nuevamente testigos de mi vieja pregunta, que nunca pude responder...
¿Por qué desvía su mirada?