Celebramos embaucando a tu corrupta diplomacia,
enterrando a un viejo poeta neurasténico,
dando de baja tu nobleza de antaño, de mascara,
y dejan de regalar tu fineza en ornamentales escapularios.
(Porque el sexo siempre se le escapaba de las manos,
la baba siempre entablaba un juego nocturno, de manos tibias)
Mas no seremos nosotros quienes sollozaran en su arcaica fotografía,
quienes se afligiran al ver el rostro pueril de la elegante señora quien acaba
de adquirir el epíteto de viuda
(Es que a ella nunca le agrado nada de nada, una basura refunfuniante,
nada mas... solo eso...)
En breve continua...