Podría herirte y verte sangrar, (viendo tu sangre correr en la mía). Debería, tal vez, abrazarte nuevamente;Sólo sabiendo las reglas del juego. Las campanadas ya no son como antes, ya logro percibir que los perros ladran. Antes era intocable, ya lo sabían; ahora soy frágil y usables. Pero tengo la mirada del francotirador; ya no soy parte de la reunión en la mira. Observo con frialdad de muerto vivo, las cosas que viví y ahora asesino. Y ahora, asesino...Con proezas de nuevo demonio que regresó para ser lo de antes. Nuevo como el sillón donde te sentás...